viernes, 18 de abril de 2014

Ken - Captulo 6

-Está aquí –siseó Hongbin, alzando la cabeza. Su cara tenía una horrible mueca macabra que hacía muchas semanas que nadie había visto. Hye Rin se levantó como movida por un resorte, paralizada. Dejó de pelar la manzana que tenía entre las manos y la dejó en la mesa. Hyuk se tragó un gajo de mandarina que le quedaba y se hizo un ovillo en el suelo, balanceándose de adelante hacia atrás.

-Estamos perdidos… estamos perdidos… estamos perdidos…  -decía una y otra vez. El corazón de la chica empezó a latir a un ritmo desenfrenado, temiéndose lo peor de aquella situación. Y en efecto, así era. Cuanto más se acercaba Kyung Hee, más rápido volvían a su estado inicial. Como un retroceso al pasado, como si nada de lo que había hecho la pelirroja hubiese servido para nada.

-¡Chicos…! ¡Chicos, no…!

-No te acerques –la advirtió N, el rostro crispado y un brazo estirado en su dirección. Un golpe la asustó de sobremanera y posó los ojos en el causante, en este caso, Ravi. Se lanzaba con fiereza contra el cristal, que emitía dolorosos crujidos como si se fuera a romper. Entonces la muchacha corrió hacia Ken y pegó la cara en el vidrio.

-¡Ken! ¡KEN! –gimió con desesperación a una persona que parecía no escucharla. Su expresión era de total desconcierto y afabilidad, pero era una afabilidad distante. Hye Rin supo entonces que se había cavado un largo y hondo abismo entre los dos.

Escuchó sus propios sollozos por encima de los miles de gruñidos que flotaban en el aire. Intentó retener las lágrimas que se formaban en sus ojos, sin éxito.

-¡Jae Hwan! –lo llamó por el nombre. El nombrado clavó sus orbes castaños en ella, abriéndolos desmesuradamente.

-¿Acabas de… llamarme por mi nombre real? –tras unos segundos exhaló el aire, recordando-. ¡AH! ¡Hye Rin! ¡He estado a punto de olvidarte…! Hye Rin… -tragó saliva-. Está demasiado cerca.

-Siéntate –ordenó Leo-. Actúa con normalidad. No todos estamos sumidos en el sopor de la magia negra.

-Taekwoon… -dijo la chica. Leo entreabrió los labios en un silencioso jadeo.

-Sienta bien escuchar tu nombre real sobre todo cuando estás a punto de olvidarlo y convertirte en una marioneta de nuevo. Ahora, haz lo que te he dicho, cierra la boca y límpiate las lágrimas de las mejillas.

***

La llave abrió la gran puerta de acero con el usual chirrido punzante que la caracterizaba. Lo hizo hacia dentro, dejando ver desde la celda de Hongbin hasta, una vez abierta, la de Ravi y todo lo que había. La rubia entrecerró los ojos para acostumbrarse a la penumbra verdosa que celaba el lugar ubicando en el centro a su pariente con el muñeco en las manos. Se quedó ahí, contemplándola con serenidad fingida, mientras veía como sacudía el muñeco de trapo grácilmente, sin prisa pero contundentemente. Acarició la idea de acercarse sigilosamente, apartar ese abundante pelo pelirrojo hacia un costado. Sabía que su pariente se estremecería. Nadie la soportaba. Ni siquiera sus queridas mascotitas. Entonces rodearía el blanco cuello como porcelana fina con las manos, casi del mismo tono que éstas y apretaría, primero suavemente y luego con fuerza. Quizás intentaría patear un poco, gritaría ahogadamente, pero no podría hacerlo del todo, porque estaría inmovilizada por la magia. Y el brillo del iris se le apagaría, muriendo poco a poco sin oxígeno.

Sería otra víctima más de su devastador poder. Sin embargo, Kyung Hee no hizo nada de lo que en menos de tres segundos había planeado.

-Hola Hye Rin –habló. Seis pares de ojos se volvieron hacia la persona que había hablado, y la pelirroja se enderezó. Ladeó la cabeza, dejando el muñeco sobre la mesa.

-Bienvenida de nuevo, Kyung Hee.

Una de las comisuras de la rubia se curvó, mientras pasaba los dedos por el cristal de Hongbin. Éste empezó a reírse descontroladamente.

-Hasssss vuelto…. –graznó-. Sssssucia bruja…

-Controla esa lengua, cariño –advirtió Kyung Hee-. Podría arrancártela sin querer.

Se mantuvo en silencio, pero el odio que le procesaba se hacía palpable. Casi podía escucharse el siseo de su voz diciendo “Tripas por doquier… cubrirán la habitación de rooooosaaa”.

-¿Has estado bien? –inquirió de pronto, sin mirarla.

-Perfectamente –y añadió-. He tenido bastantes problemas, en realidad. Me descuidé en algunas cosas.

-No importa. ¿Qué les has dado de comer?

Hye Rin no había pensado en esa pregunta. Ni siquiera tenía en mente qué podía contestarle. Pero reaccionó rápido tras el pequeño lapsus.

-Sobras. Restos. Y un poco de agua.

Kyung Hee fue asintiendo a cada palabra.

-Es curioso. Diría que incluso los veo más rellenitos… y con más color.

La otra se tensó.

-Más rellenitos dice… -gruñó N, con los ojos fijos en Hye Rin-. Esa repugnante furcia es exactamente como tú. ¿Os viene de familia quizás? Odio cada ración de asquerosa comida que me ha dado, cada bocado frio e insulso.

-Así… -murmuró la pelirroja, siguiéndole el juego-. ¿Así me pagas que os haya dado una porción de lo que yo comía? Tendrías que dar gracias a que al menos os he alimentado todos los días.

-¡Miserable…! -chilló el moreno.

-Vale, parad –intervino Kyung Hee, divertida-. Es muy entretenido veros discutir, e imagino que esto ha pasado a menudo durante las semanas, ¿me equivoco?

Su pariente negó con la cabeza.

-Prácticamente, todos los días. A veces me cansaba y los dejaba sin comer el día entero. Ya sabes –bajó la voz-. Como me dijiste.

La rubia aplaudió efusivamente, dando saltitos por la habitación.

-Muy bien. ¡Muy bien! –exclamó-. Me gusta esa actitud. Sí, me gusta mucho. ¿Has utilizado el muñeco?

Hye Rin intentó hacer un gesto despreocupado y a la vez, malvado. Pese a que la otra estaba de espaldas, Ken vio el gesto y se aguantó las ganas de reír. Al parecer no había salido como ella había querido desde el principio, por lo que dio gracias a que no se había girado.

-Por supuesto que lo he hecho.

Kyung Hee la observó dubitativamente, tamborileando el dedo índice con la uña negra sobre los pequeños labios rojos como fresas.

-Quiero verlo.

La pelirroja creyó no haberlo entendido bien.

-¿Pe-Perdón?

-Que quiero que cojas el muñeco y los hagas sufrir –se lo dio junto con la aguja-. ¿No lo has hecho muchas veces? Por una vez, quiero ser una mera espectadora. ¿Me harás ese favor?

Las manos de la muchacha temblaron cuando sostuvieron el juguete y la varilla puntiaguda. Su respiración se aceleró. Sentía la sangre bombear en las sienes, sin saber qué hacer. Buscó la mirada de Ken, y este sacudió la cabeza de un lado a otro, derrotado. Lo vio articular un “hazlo”. Se volvió hacia N y obtuvo la misma respuesta.

“Estaremos bien”

Con todo el dolor del mundo, alzó el objeto y lo clavó en el monigote. Se hizo silencio. Un silencio vacío que fue ocupado por los gritos agónicos de sus amigos. Volvió a clavarlo. Una. Dos. Tres. Cuatro. Hasta cinco veces mientras las lágrimas empañaban su visión.

No había querido hacer daño a nadie. Lo había prometido. Y esa promesa estaba hecha añicos junto a su corazón.

-Suficiente –la detuvo la bruja-. Creo que ya has tenido suficiente.

Su voz estaba cargada de una mezcla de emociones negativas que ponían los pelos de punta. Odio, rencor, frialdad glacial, crueldad, desprecio…

-Dime una cosa, Hye Rin. ¿De verdad piensas que soy tan estúpida como para creerme que has tocado ese muñeco para algo más que para limpiar el polvo? Eres bastante idiota –la agarró del pelo. La pelirroja reprimió un quejido-. Espero que hayas aprendido la lección. Conmigo no se juega, cariño.

La lanzó bruscamente y cuando intentó frenar la caída, Hye Rin se golpeó el codo en el frio suelo. Escuchó un crujido y se oprimió el brazo con la otra mano temiendo habérselo roto. Pero el dolor no era comparable al que sentía en el pecho, a la culpa que la corroía por dentro.

-Te quedarás aquí hasta que yo decida qué castigo imponerte por tus mentiras. Pásalo bien con tus amigos mientras puedas, que no será demasiado tiempo.

Kyung Hee cerró la pesada puerta tras ella, y el suave “clic” indicó que la estancia estaba cerrada bajo llave. La pobre muchacha no se levantó. Si siguiera quería moverse mientras lloraba. ¿Dónde se había metido? ¿Por qué sucedía todo esto? Y lo más importante: ¿Cómo podría ayudarlos, ahora que se había perdido toda esperanza? No podía mirarlos a la cara…

-Hye Rin –la llamó Ken-. ¡Hye Rin, arriba!

Ella negó, derrotada.

-Hye Rin –volvió a nombrarla, esta vez N-. Estamos bien. Ni siquiera nos has hecho daño.

Parpadeó. ¿Qué?

-¿Como que…? ¡Es imposible… yo…!

-Tampoco sabemos que ha pasado –continuó Hyuk-. Cuando clavaste la aguja y no percibimos nada, nos vimos en la obligación de fingir el dolor. Por tu propio bien, y por el nuestro.

-¿Cómo es posible? –hipó la chica. Pese a estar de pie, continuaba aguantándose el brazo-. Parecía tan real…

-Tantos años de dolor, es lógico que sepamos cómo se grita –rió Hongbin. No seseaba en absoluto, lo que hizo llegar a la conclusión que también estaba fingiendo.

Ken puso mala cara.

-No tiene gracia –murmuró.

-Pero apuesto a que es así, ¿o no? Ahhhh……. –el de los ojos en cruz golpeó el vidrio con la frente-. La explicación más lógica a lo que acaba de pasar es que el muñeco se nutre de las voluntades de quienes lo poseen. Si tu deseas torturar a alguien, el muñeco te obedecerá. Pero si haces algo en contra de tus propios sentimientos, es lógico que eso te haga caso a ti y no a lo que te obligan a hacer. Por eso, tenemos que pensar en algo para salir de aquí antes de que se de cuenta.

-Solo queda esperar a que baje y que Hye Rin acabe con ella –sentenció Ravi, reafirmando sus palabras, golpeando el puño en la palma abierta.

La mujer ya no se negó a ello. Había tomado una decisión, y era lo más correcto que jamás había deliberado. Asintió, perdida en sus cavilaciones.

-Rinnie… -dijo Ken-. Se fuerte. Pronto acabará todo.

Temblando, saltó dentro de la jaula de N para sentarse en el sofá. El chico la acompañó, contemplándola sin emitir ningún sonido.

-Tengo miedo –suspiró ella.

-Todos tenemos miedo –aclaró el moreno-. Miedo por ti. No queremos que te ocurra nada.

Hye Rin lo examinó por unos instantes.

-Has cambiado, Hakyeon.

Se encogió de hombros.

-Todos hemos cambiado, gracias a ti –se levantó-. Ahora descansa bien. Mañana será un día duro. Debes estar despejada y alerta.

6 comentarios:

  1. POR QUE POR QUE POR QUE !!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Esa maldita bruja vuele ya coño !!! Pensaba que tendrían tiempo para planear su huida pero pensando lo bien al menos ahora hay mucha acción y han descubierto lo del muñeco que yo e pensando a través del muñeco podrían romper sus celdas?? suena raro pero se me a pasado eso por la mente xDD

    Y la maldita bruja mira que es lista la tía te crees que soy estúpida?? perdona si que lo eres XDDD no quiero ni pensar en el castigo que le pondrá si estos no se espabilan en irse del sitio se que no sera fácil pero ahora el tiempo les va en contra así que tienen que ir a la idea dejar de llorar y pensar como los va a sacar de allí y después como van a salir de ese sótano y como van a matar a a bruja por que la quiero muerta eehh XD

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  2. ¡¡¡Hija de la gran chingada!!! -Ni soy de México pero siempre he querido hacerlo jajajajaja-
    En serio, nooooo. Justo cuando estaban tan bien aparece esa hija de fahchdjfg lo bueno es lo de las voluntades con el muñeco, temía que si les hacía daño volvieran a olvidarla... que duro todo :S
    Espero que encuentren una salida y que TODOS salgan de ahí VIVOS xDDDDD se ha visto lo que deseo ¿no? Jajajaja es que me pongo desquiciada con este fic, sabía que me encantaría leerlo, desde el principio.
    Por lo demás perfecto, en este tampoco he visto nada, con este fic se te ve cómoda, no digo que con el de Hongbin no pero en este especialmente y personalmente, entras en la historia de una manera increíble ¿Será el dolor, la angustia? No sé, lo que sí, es que flipo con cada capítulo. Y que sea el final ya pues también me pone un tanto triste...

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    1. Solo te digo que lloraré hasta yo de que se acabe xDDDDDDD <3 GRACIAS <3

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  3. La mato, yo la mato! Bruja asquerosa....y ahora queeee?? La cosa esa esta en casa y ellos pretenden escaparse....como lo van a hacer a ver?? Que les pillan!!! Y encima con el muñecoooo!!! Aggg D': que mal TT

    Me ha encantado la narracion plis erers genial!!! ♡♡

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  4. Ahora sí que puedo leerlo. Oh Dios. Esa bruja es muy muy mala, me da mucho asquito xD
    Me hace gracia el tema de como fingen de bien, sobre todo Hongbin.. Pensaba en verdad que había vuelto a ser el que era xd.

    Y aún así de estar recuperándose... Ravi sigue con los ojos en X?
    Good job, Andrea :D

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